martes, 26 de junio de 2012

Cicloturismo y competición


El cicloturismo es cada vez más practicado por ciclistas de todas las edades con un gran calendario de marchas en todo el país y, además, con cierto prestigio. Pero, ¿las podemos considerar como carreras encubiertas?

Desde hace un tiempo nos hemos querido parecer en exceso a los profesionlaes: bicicletas, cascos, equipaciones, gafas… todo igual que ellos, lo que ha hecho que, en la estética, algo (lejanamente) nos parezcamos. El problema viene cuando, además de eso, queremos ir a su paso o, al menos, intentarlo, dejando de disfrutar de la bicicleta, siguiendo un plan muy estricto de entrenamiento, teniendo en cuenta que, si no competimos, solo se sale con la ici para sumar kilómetros y divertirnos.

Se podría decir que las cicloturistas son una quedada de ciclistas que van a disfrutar. Vale, siempre habrá un momento para subir el ritmo y picarse en los puertos para ver quién llega antes. Esto es lo que debería suceder en las marchas y no lo que quieren hacer muchos, de ir rodando muy deprisa, superando en ocasiones los 35 km/h porque quieren llegar en el primer puesto en tal marcha. Esto debemos evitarlo, y no dejar que suceda. Cuando alguien quiere competir, que se adapte a su categoría y compita con gente de su edad, que son ciclistas, no cicloturistas, y ya veremos s gana a los que entrenan todos los días y compiten de verdad, porque los cicloturistas no compiten y, muchso de ellos, por varios motivos (laborales, de familia) no pueden entrenar con la correcta regularidad.

No me parece nada bien lo que ocurre en marchas como la Quebrantahuesos, donde ya no solo los “cicloturistas” que quieren “disputar” la marcha, sino que incluso gente que va a competiciones aunténticas van a esa marcha a ganar. ¡Disputa con los que coincides en competiciones, no en las marchas!
Carlos Sastre, todo un profesional del ciclismo,
capaz de llegar último en su ciclomarcha, ayudando
a los cicloturistas que lo van pasando mal durante el
recorrido.

Muchos son los que se quejan de este modelo de cicloturistas, donde se va rodando muy, muy deprisa y no se da tiempo para nada. Todavía si se forman grupos de diferentes niveles en las marchas, todos felices, pero, cuando se va en grupo, es muy complicado aguantar porque se va muy rápido. He escuchado varias quejas acerca de que alguien quiera hacer una gran marca en las marchas. Y yo me pregunto, ¿por qué los profesionales no se fijan en eso cuando van a las marchas?

Respecto a los tiempos, ya he hablado de ellos en alguna ocasión. Debemos distinguir entre motivación y competición. Nosotros podemos salir a pedalear los días que sean y ver que mejoramos poco a poco, y estos tiempos nos ayudarán a ver cómo vamos mejorando y, a la vez, ver que somos capaces de hacerlo. Pero, si entramos a competir, la historia cambia, y considero que se deberían quitar en las marchas. Pero sí que es cierto que si llevamos cuentakilómetros o somos más apañados y vamos con un cronómetro del reloj, ¿para qué queremos los tiempos de la organización si los llevamos nosotros? Siempre está la posibilidad de que no nos funcionen, pero….

En definitiva, vamos a luchar por el cicloturismo, no porque unos cuantos quieran competir con gente que no lo hace.

lunes, 25 de junio de 2012

Cuando las malas noticias son por los coches

Cuando ves a un chaval juvenil pelear por lo que quiere, en este caso ser ciclista, y que, cuando consiga fichar por un equipo como es el Andalucía, es atropellado por un coche y fallece, es mucho peor que cualquier otra mala noticia de nuestro deporte. Sí señores, me refiero a la desgracia que le ha sucedido a José María Sánchez, el corredor que ha fallecido atropellado por un coche cuando estabba participando en una prueba de la Copa de Andalucía que se estaba celebrando en Huelma (Cádiz).
Lo primero de todo, darle al equipo y a la familia de este ciclista muchos ánimos por todo.
Me gustaría hablar en esta ocasión acerca de este tipo de accidentes. Al parecer, esto sucedió sin que la competición hubiera finalizado, sobre las 13:20 horas en el kilómetro 20,60, cuando un coche (que no era de la organización) se metió dentro de la competición y arrolló a José María y otro corredor. Yo tengo una duda. ¿Cómo se metió este coche en la competición? Supongo que en estas pruebas que valen para una Copa de Andalucía están muy bien controladas, evitando que los coches se metan en ellas. Pero no voy a criticar a la organización, puesto que, una vez más, se ha demostrado que no se tienen ningún respeto hacia el ciclista desde lo coches, ni si quiera cuando están compitiendo. ¿Por qué? ¿Tanto molestamos? Vayamos compitiendo o simplemente dando una vuelta en bici, parece que siempre hay algún coche que nos quiere fastidiar el día. ¿Nos merecemos tan poco respeto?
Desconozco cuántos ciclistas fallecen en las carreteras españolas, pero creo que son demasiados, y ésto hay que remediarlo como sea. Los ciclistas que cada fin de semana o a diario tramitan las carreteras deberíamos hacernos valer. Si nostros vamos haciendo lo correcto, ¿por qué los coches no? De acuerdo, siempre está la excepción, el que se salta los semáforos, el que va por el medio del carril... Pero son excepciones, el resto intentamos ir siempre bien.
Yo tan solo pido un poco de respeto. ¡Por el bien de todos!

domingo, 24 de junio de 2012

Ventoso y el Campeonato de España

Fran Ventoso es el actual campeón de España de ciclismo en ruta. El corredor se impuso al sprint en Salamanca a Koldo Fernández y Francisco Javier Ventoso.
Se salió de la Plaza Mayor a las 12:30 horas y enseguida hubo una fuga de 25 corredores, que se neutralizó cuando pasaban por los pueblos de la Peña de Francia.
Ya en la capital charra se tenía preparado un recorrido urbano, donde el abulense Paco Mancebo intentó poder acabar en el podio, pero no tuvo suerte.
Una caída a falta de cuatro kilómetro a meta hicse dospersara algo el pelotón y los tres primeros cogieron la ventaja necesaria para disputar el sprint.
Pero el corredor del Orbea Jon Aberasturi se ha llevado una parte muy mala, pues tiene una posible rotura de clavícula

jueves, 21 de junio de 2012

Prueba BH Contour 6.4 - 12000 Kilómetros


Hace ya casi tres años y medio que me compré la que -por ahora- es mi última bici de carretera: Una BH Contour 6.4. Desde entonces he publicado varias pruebas en este blog: Nada más estrenarla, al cumplir 400, 800, 1300, 2000, y creo recordar que también a los 8.000 kilómetros. Hoy, cuando volvía de darme una vuelta por Almaraz de Duero, vi que le habían caído los 12.000 y que tocaba la siguiente prueba.

La BH Contour, fabricada sólo en 2009, fue el último modelo de carretera de BH que tenía el cuadro de aluminio y los tirantes traseros de carbono. La 6.4 era el modelo más económico, con piezas del grupo Shimano 105 y un peso según catálogo (sin pedales) de 9,2 kgs. Es una bici con una geometría claramente orientada al cicloturismo y que, precisamente por el poco tiempo que estuvo en catálogo, se ve poco en el pelotón de las marchas cicloturistas. Yo recuerdo haber visto sólo una en la Bilbao-Bilbao de hace 2 años, otra también en la Perico de 2010, y una en el Trofeo Iberdrola de 2011, en la que se habían sustituido bastantes piezas para hacerla más competitiva. Vamos, un modelo exclusivo.

Repasemos qué ha pasado con ella durante estos 12.000 kilómetros:

Cuadro: La pintura parece haberse hecho más resistente a los arañazos con el paso del tiempo. No presenta grietas ni fisuras. La zona más dañada es la vaina derecha, por los arañazos de la cadena, supongo que al transportarla para llevarla a las marchas básicamente. También se ha marcado en la pipa de la dirección y en los puntos en que hacen contacto las fundas de los cables. Como el otro día sustituí el del desviador aproveché para ponerle una esponja de protección que dicen que es efectiva.

Manillar y potencia: No parece que les ocurra nada. Siguen siendo los mismos de fábrica. También la cinta del manillar.

Dirección: Ni un solo problema. Quizás tendría que pensar en irla engrasando, lo mismo cualquier día de estos me atrevo. Ya sacamos la potencia y el manillar en una ocasión para subirlo. Creo, de todas formas, que al cortar la horquilla la dejamos un poco baja.

Frenos: Cambié los que venían de fábrica por unos Shimano 105 cuando la bici tendría unos 6.000-7.000 kilómetros. La razón de la sustitución fueron las curvas de la bajada a Navaluenga en la Carlos Sastre, en las que las frenadas dejaban mucho que desear. Al principio los 105 me dieron un buen susto bajando Navacerrada porque mordían demasiado la rueda, pero ahora van muy suaves y resultan tan eficaces como esperaba de ellos. Definitivamente los frenos de fábrica  no estaban a la altura.

Cambio delantero: Tuve problemas con el desviador delantero desde  nuevo, llegando incluso a cambiarlo por un modelo con abrazadera (también Shimano 105) porque la cadena se salía constantemente por el lado del plato grande, durándole los ajustes poco más de 200 kilómetros. Hace unos 120 kilómetros que he cambiado el cable porque vi que estaba pelado en el punto en que se apretaba en el desviador. Ahora, con cable nuevo, funciona impecablemente. No hay nada como ajustar las cosas uno mismo...

Cambio trasero: Con 11.800 kilómetros se me rompió el cable. Antes notaba bastante imprecisión en lombios, pero lo achacaba a un desajuste de esos que ocurren de vez en cuando. Lo malo es que me ocurrió en plena Marcha Cicloturista Villa de las Ferias, en la que tuve que subirme a la furgoneta escoba en el kilómetro 34, y lo peor es que cuando me puse a cambiar el cable (estoy aprendiendo bricolaje a pasos agigantados) la bola del final se había quedado dentro de la maneta y no había manera de encontrarla. Cuando la saqué, y siguiendo  los pasos del video de Ciclismo a Fondo sobre el tema, regular el cambio fue coser y cantar. Ahora va muy  bien aunque creo que debería darle un poco más de tensión.

Sillín: Venía con un Selle San Marco Ponza. Al año o año y poco se había hundido y pelado unas partes de tela que tenía (como 5.000 kilómetros, más o menos). Reclamé por la garantía y me dieron otro que no duró ni 100 kilómetros sin hundirse. A un amiguete le sobraba un Prologó Scratch Pro que llevo desde entonces y con el que estoy encantado. He visto más Ponza como los míos hundidos, y por mucho que nos lo digan eso no es normal, no os creáis lo de que se vuelven más ergonómicos que es mentira. Un sillín no tiene que hundirse. Me parece vergonzoso que cobren lo que cobran por los sillines y los hagan en Asia de mala calidad. ¿No os parece que 40 euros, casi 7.000 pesetas ya es una pasta por un asiento para la bici?

Tija de sillín: Se ha arañado de subirla y bajarla, pero cumple su función. Como he cambiado de sillín varias veces he comprobado que es fácil de regular. El cierre también es eficaz, la he llevado mucho tiempo con una cinta aislante para ver si se bajaba o no y ha permanecido exactamente en la misma posición.

Ruedas: Venía con unas Rodi Stylus, fabricadas en Portugal. En pruebas anteriores os conté el problema de las vibraciones, la bici vibraba y las dos cubiertas no quedaban metidas en la llanta de modo uniforme. El mecánico me decía que la circunferencia era perfecta, cambié la cinta del fondo de llanta un par de veces y conseguí una mejoría apreciable con el Michelin verde que venden en Decathlon, pero nunca desaparecieron del todo. Además sólo podía utilizar cubiertas Michelin (nunca he usado cubiertas sin aro), probé también con Vittoria pero había que meterlas con desmontables con el riesgo de pellizcar la cámara. Decidí cambiarlas por unas Mavic Aksium que merecen una prueba aparte y con las que estoy contentísimo aunque también tienen el problema de la dificultad para meter las cubiertas.

Pedales: Look Keo. Ni un problema. Quizás que las calas tienen una vida corta, más que nada porque todavía no han inventado una forma de caminar con ellas. Es inevitable darse unos pasitos cuando te bajas de la bici en el garaje o cuando paras en el avituallamiento de las marchas, pinchas, te tomas algo en una terraza por el camino, etc. etc. En ese sentido son mucho más prácticos los de la bici de montaña por mucho que sean menos racing y las zapatillas más aparatosas.

Cuentakilómetros: Sigma 2006. Se le ha roto una de las patillitas que enganchan en el soporte y de vez en cuando sale volando. Podían hacer la carcasa un poco más resistente. Por lo demás, sus mediciones son razonablemente precisas y es fácil de utilizar.

¿Que si estoy contento con la bici? Mucho. Pero he de reconocer que he tenido demasiados fallos mecánicos y demasiado material que no ha estado a la altura de las circunstancias. Por mucho que nos quieran hacer creer los que se compran bicis de 9.000 euros, creo que por los 900 que costó esta no vamos a pedir que pese 6.850 gramos pero sí que los sillines no se hundan, las ruedas no generen vibraciones extrañas y los cables duren algo más. Será eso de la obsolescencia programada.

En unos días os pongo la prueba de la Trail Racer 9.4, que ya ha cumplido 2.300 kilómetros.

sábado, 16 de junio de 2012

Los frenos del ciclismo

Los frenos necesitan un constante mantenimiento para poder garantizar una buena fiabilidad. Nuestro frenado ha de ser suave y progresiovo y potente en caso de necesidad. Los puntos de pivotación de los frenos deben moverse libremente, sin holgura, las ruedas debene estar centradas y las llantas, alineadas y limpias.
Las zapatas de freno suelen acumular suciedad, lo que desgasta las llantas y hace que la frenada no sea tan efectiva. Habrá que cambiar las stén desgatadas.
Al instalas unas nuevas, habrá que comprobar la orientación. Si tienen flechas, deben apuntar en la dirAlgunas tienen un perfil en ángulo y el borde más ancho debe ser el inferior. Algunas constan de un extremo abierto, que ha de quedar encarado hacia atrás.
Hay que encajar la arandela cónica (si la hay) en la parte interior y la arandela planta en la parte exterior. Las arandelas cónicas permiten que la zapata se desplaze hacia el interior, de forma que el borde delantero toca con la llanta más o menos 1 milímetro con el borde trasero. Ésto evita chirridos y mejora la potencia de la frenada.
Hay que comprobar que las palancas de los frenos están bien instaladas intentado moverlas hacia los lados y que estén niveladas. Si las palancas están una posición que no nos resulten cómodas, habrá que alfojar el tornillo de la abrazadera, modificando la posición y volviendo a apretar el tornillo. Es muy fácil apretar demasiado el tornillo, pudiendo romper la abrazadera.
La funda del cable ha de estar en perfectas condiciones y no ha de tener arrugas, y el cable no debe estar deshilachado. Habrá que apretar el ajustador y cortar la funda a medida.
Para poder centralizar los frenos habrá que usar una llave para conos o una herramienta específica con los bordes planos especiales, diseñados para esto. Un freno puede centralizarse aflojando la tuerca que lo sujeta al cuadro, reposicionando el freno y volviendo a apretar la tuerca de nuvo.

lunes, 11 de junio de 2012

Crónica de la III Marcha Cicloturista Villa de las Ferias



 El 10 de junio de 2012 se celebró en Medina del Campo (Valladolid) la III edición de la Marcha Cicloturista Villa de las Ferias, a la que acudimos una veintena de esforzados bicicleteros con nuestras máquinas en un día que, además de ser Domingo de Corpus, invitaba poco al pedaleo por el fresquito mañanero y un viento del oeste que hacía que los arbolitos, los arbolazos, los hierbajos y los cereales que tanto se cultivan por esas tierras se moviesen con gracilidad y molesta (por lo del cansancio) elegancia.

Es curiosa la uniformidad de los asistentes. Varios parecían haberse puesto de acuerdo en que les patrocinasen Rotor, Zipvit y Smilekers. El caso es que a eso de las 9 y 20 de la mañana, con casi más motoristas y guardias civiles que corredores y con la compañía de un coche que abría la carrera, la furgoneta-escoba cuya presencia este cronista agradeció como el que más y una ambulancia, se dio la salida a un pelotón que por su reducido tamaño más bien debería llamarse pelotín. Pocos pero bien avenidos recorrimos los primeros kilómetros a una endiablada velocidad que, regulada por el coche de carrera, parecía incrementarse en las subidas para disminuir en las bajadas. Afortunadamente el terreno por allí, al menos en los primeros treinta y cuatro kilómetros que fueron los que pude recorrer antes de hacer uso de la furgoneta-escoba, es bastante llano.
El ritmo, a pesar de ser vivo,  nos permitía pedalear y mantener conversaciones con los otros miembros del pelotón, charletas sin las que no se concibe una marcha cicloturista. Al mismo tiempo ya se iba delimitando un grupo cabecero con aquellos a los que parecía gustarles respirar el humo del tubo de escape del Ford Sierra que abría la marcha, un grupo intermedio con aquellos que les seguían a una distancia prudencial, y mi paquete favorito, el de los cicloturistas por excelencia, que hacemos turismo en el vagón de cola porque no nos queda otra. Los kilómetros iban transcurriendo con amenaza de lluvia allí a lo lejos, negros nubarrones a los que poco a poco nos íbamos acercando.

Y en estas que llega el fatídico kilómetro 34 y sin saber cómo ni por qué voy a cambiar y la maneta del cambio se queda bloqueada. La cadena se va a la corona de 12 dientes y se queda en el plato de 34. Como ya tengo experiencia en estos eventos (el año pasado se me rompió la cadena en la subida al Salto de Aldeadávila, una cadena con 2800 kilómetros), pregunté a un motorista por el coche-escoba. Lo detuve como lo hacen los profesionales y me subí allí, muy digno y echando pestes a la mala suerte que me persigue con las averías. La furgoneta-escoba era considerablemente mejor que la de Barruecopardo y pude acomodarme cómodamente en el asiento del copiloto mientras mi bici viajaba bien sujeta en el respaldo de los traseros. La conversación con el conductor (de cuyo nombre no es que no quiera acordarme, es que no se lo pregunté) fue la mar de entretenida, fuimos hablando de la historia de la Marcha, de las escuelas de ciclismo del Club, del curioso (que luego no lo era tanto) comportamiento del coche que abría la carrera y de otros tópicos por el estilo hasta que nos encaminamos a los montes Torozos.

El zamorano pucelano y medinense, de cuyo nombre tampoco me acuerdo
Yo que creía que en Valladolid no había montañas... pues montañas no, pero montes con unas cuestas la mar de bien puestas sí que las hay. Allí, entre el desnivel y el fuerte viento que les azotaba, vimos cómo el pelotón se desperdigaba. Nosotros, como no podía ser de otra manera, nos quedamos en la parte trasera  y fuimos testigos de excepción de cómo estos auténticos esforzados (y esforzada) de la ruta superaban las dificultades de una forma admirable. La impresión del esfuerzo era tal que confieso que hubo momentos en que me alegré de ir cómodamente sentado en el asiento del copiloto, fugaces momentos como no podía ser de otra manera. Incluso hicimos el ofrecimiento de llevar a alguno en la furgoneta hasta el avituallamiento, a lo que se negaron de pleno. ¡No habían ido allí para ceder ante los elementos!
(sí, ya lo sé, se me olvidó girar la foto)

El avituallamiento llegó hacia el kilómetro 70, cuando volvimos a Tordesillas. Allí, además de recoger la bolsa con viandas de la que dimos cumplida cuenta y de ver cómo el cable de mi cambio salía casi íntegro cuando intentamos tensarlo, se nos unió otro ciclista que tenía molestias en una rodilla y había preferido no forzar. Hasta entonces, y por increíble que parezca, el viento no había ayudado ni un ápice a la marcha de los corredores. Desde entonces, y hasta Nava del Rey, les esperaba más de lo mismo aunque afortunadamente con un terreno bastante más llano.


Interior de la furgoneta-escoba
Hasta Tordesillas, y supongo que como consecuencia de la fragmentación del grupo y de la labor de los motoristas, no hubo problemas para respetar las normas de tráfico. Más adelante, y por lo que vimos, tampoco. Es importante que nos concienciemos de que no estamos en una carrera y de que tenemos que ir por el carril de la derecha. No olvidemos que el incumplimiento de las normas es una frecuente fuente de quebraderos de cabeza para los organizadores y que sin ellos no podríamos asistir a marchas organizadas como esta.
Camino de Nava

El resto del camino transcurrió sin incidentes dignos de consideración hasta el cambio del viento en Nava. Los últimos 20 kilómetros más o menos fue absolutamente favorable haciéndonos recordar aquel increíble tramo libre del primer año, donde las malas lenguas cuentan que los primeros sacaron una media de 47 y pico. La marcha del grupo se aceleró todo lo que permitía el coche de cabeza y las exigencias de pasar agrupados por las poblaciones principales.
Fue una lástima que ese mismo día la población de Medina estuviese celebrando el Domingo de Corpus, lo que hizo que no tuviésemos apenas apoyo de la Policía Municipal a la hora de recorrer las calles de la Villa (falta de apoyo que, dicho sea de paso, ni se notó porque la organización contaba con suficientes recursos para ello) y que no disfrutásemos del aplauso y el fervor del público que tanto se agradecen en estos eventos. A eso de las 13:30 o 13:45 finalizábamos nuestro periplo, en mi caso con el cabreo por la rotura del cable y con la sorpresa porque no me esperaba esos tramos de montaña en los montes Torozos a los que espero volver sin averías el próximo año.

Al final duchas, el almuerzo de todos los años presidido por tres o cuatro riquísimas tortillas de aspecto casero y un regalito para cada uno porque éramos tan pocos que no hacía falta sorteo.
Resumiendo: La impecable y cercana organización por parte del Club Ciclista Medinense, un recorrido muy compensado con tramos llanos y cuestas asequibles, un asfalto en perfecto estado, adecuados medios técnicos y de rescate ante fallos mecánicos, muy buen apoyo por parte de los motoristas (apoyo que algunos a buen seguro agradecieron especialmente), y una falta total de incidentes fuera de un inoportuno fallo mecánico. Lo peor, creo, la escasa participación que los organizadores atribuyen al cambio de fechas y a la aparición de la Marcha como ya celebrada en algunas webs.

Si no ocurre nada extraño al año que viene vuelvo, y espero darme la vuelta por los Montes Torozos.

Mi bici viajando cómodamente en su espacio

domingo, 10 de junio de 2012

Óscar Pujol gana en Indonesia

Un servidor con Óscar Pujol.
El corredor catalán afincado en Valladolid Óscar Pujol se ha adjudicado el Tour de Singkarak (Indonesia), una prueba de la categoría 2.2, que ha acabado hoy con una etpaa de 99,3 kilómetros.
Con un total de tres etapas en el podio, una como ganador y dos como segundos, de las siete que constaba la competición, ha hecho que Pujol estuviera de líder. "Las primeras etapas me costó un poco coger el ritmo, porque tuve que aclimatarme al bochorno y por el traslado no había podido entrenar los tres días anteriores a la carrera, pero luego fui cada día mejor", comenta el corredor.
El hijo de Joan Pujol es todo un ejemplo de superación, de querer hacer lo que uno realmente quiere, que en este caso es el de seguir compitiendo dentro del ciclismo profesional. Tras la mala experiencia con el Omega Pharma Lotto, Pujol decidió que buscaría un equipo, uno que quieisera ficharle. Al fina, tras mucho buscar por todos los rincones, gracias a las redes sociales encontró su equipo actual, el Azad University Cross Team, que buscaba corredores. Puede que su contrato sea menor que el algunos ciclistas amateurs españoles, pero Óscar podrá demostrar otra vez cuál es su calidad como corredor y poder volver, algún día, al ciclismo europeo y a correr como ha estado corriendo con el Cervélo y Omega Pharma-Lotto.
Me alegro por tí, Óscar. Te mereces esta victoria.

viernes, 8 de junio de 2012

El trabajo de los gregarios

El ciclismo es un deporte tanto indivudual como de equipo. Hay un líder fijo, para el cual el resto del equipo trabaja. Tiene una serie de gregarios distribuidos por todo el pelotón: unos, en cabeza, marcando el ritmo para que él vaya cómodo, otros, atrás por si necesita irse al coche y, gracias a ellos, poder enganchar de nuevo en el pelotón... Luego, dentro también de los gregarios, están los que van con los sprinters del equipo, los llamados lanzadores, que, como bien indica el nombre, lanzan al sprinter del equipo hasta la distancia favorita de éste y, una vez allí, decide apretar para poder llevarse la victoria.
En este artículo me gustaría hablar un poco de los gregarios del mundo del ciclismo, unos personajes que en España hemos tenido con mucha calidad. Gente como Chente García o Alberto Leinizbarrutia son dos ejemplos de la calidad de nuestros gregarios.
¿Se les valora lo que se merece su trabajo? La mayoría de ellos deben ser corredores todoterrenos, ser capaces de ir bien cuesta arriba, en llano, en llegadas, tanto al sprint como en solitario, cuesta abajo... es decir, deben ser capaces de saber manejarse en todos los terrenos y algo muy importante: saber rodar muy bien en pelotón, con mucha habilidad, para evitar posibles caídas y conseguir el efecto contrario al que buscaban sobre el líder del equipo. Pero, muchas veces, en televisión, no ves cómo estos ciclistas desarrollan su profesión y, como no vemos su trabajo, se quedan en el anonimato. Puede que muchos no sientan reconocido su trabajo ante un líder por mil historias, pero, cuando sale el resultado, cuando se ve que han ccosneguido una victoria y ellos han estado allí marcando un ritmo, llevando al líder por el pelotón con mucha agilidad, dándole agua o lo que sea durante esa etapa, se verán reconocidos.
Pero, a pesar de todo, creo que no se reconoce lo suficiente a estos corredores, no se habla de ellos tanto como de los líderes, cuando, sin los gregarios, los líderes en muchas ocasiones no podrían ganar muchas de las competiciones que tienen en sus palmarés.
Chente García Acosta en su época como corredor
en el Banesto.
Pero no solo los gregarios están para ponerse a tirar del grupo para poder ayudar a un líder. En alguna ocasión también tienen posibilidad de victoria, y desde luego que saben aprovecharlas. El gran corredor Chente García Acosta, del que ya he hablado hace unas líneas, ha protagonizado unas escapadas durante el último kilómetro muy curiosas, a ritmo de vértigo, provocando que el pelotón sufriera lo que no había sufrido por coger este hombre durante toda la etapa, o aquel segundo puesto en una etapa del Tour de Francia, que perdió al sprint con otro español por una distancia mínima. Y, ahora, aprovecho para deciros que este corredor es, posiblemente, de los corredores que más me hayan gustado desde que me empecé a interesar por este deporte.

lunes, 4 de junio de 2012

III Marcha Cicloturista Villa de las Ferias en Medina del Campo


Este domingo 10 de junio, si el tiempo no lo impide y nos inscribimos un número suficiente de cicloturistas, se celebrará la III Marcha Cicloturista "Villa de las Ferias" en Medina del Campo (Valladolid). El recorrido, de unos 110 kilómetros, no tiene altos puntuables y sí un buen número de repechos que se sobrellevan como uno buenamente puede. Aunque la marcha es controlada en la mayor parte de su recorrido tiene también de un tramo libre en el que los primeros alcanzan velocidades vertiginosas y los últimos nos defendemos también como buenamente podemos, y el estado de las carreteras es casi impecable.

La Marcha tiene una corta historia. Se celebró por primera vez hace en 2009 años, por segunda en 2010, y el año pasado al final no se llevó a cabo. En 2012 la gente del Club Ciclista Medinense ha intentado ponerla en marcha de nuevo. Inicialmente les asignaron el mismo fin de semana de la Bilbao-Bilbao, lo que es una importante limitación porque entre otras cosas en esas fechas la mayoría de los cicloturistas no estamos como para meternos casi doscientos treinta kilómetros en dos días. Al final no se celebró al no recibir la autorización de Tráfico, creo recordar. En mi memoria está la soberana calada que nos pegamos en el segundo año y que obligó a la organización a acortar el recorrido a sólo 70 kilómetros, lo que creo que todos agradecimos,  la imagen de un compañero de grupo diciéndome que no sentía las manos con el frío, o cómo el agua chorreaba por la punta de los guantes hacia el suelo y los pies me hacían chof-chof en las zapatillas. Del primer año recuerdo el tramo libre y el buen ambiente que llevábamos en la grupeta de cola donde mientras los primeros sacaban una media de 47 y pico por hora en unos 20 kilómetros nosotros echábamos unas risas.

El coste de inscripción es de 12 euros hasta el próximo día 6 de junio, y de 18 el día de la prueba. A falta de dos días para que se cierre la inscripción anticipada hay sólo 13 inscritos. ¿No vamos a ir?

Vamos, que hay que ver el Castillo de la Mota, comer los dulces de chocolate de las monjitas y darse una vuelta por el campo de Valladolid.






viernes, 1 de junio de 2012

Salidas de carretera de Bicizamora

Mi padre siempre ha sido defensor de la bicicleta de carretera ante la de montaña, por un sinfín de cosas. En el grupo de Bicizamora, de bici de montaña, ha estado durante muchísimo tiempo intentando sacar un grupo que quisiera salir con la "fina". Al final, algunos ya se han comprado la bicicleta de carretera y han empezado a salir con ella y, por fin, mi padre consiguió hacer un grupo.
Ahora suelen programar algunas salidas de entre 80 y 125 kilómetros (la última vez que salió mi padre con ellos hicieron la ruta Zamora-Salamanca-Zamora, con 124 kilómetros). Quitando este tipo de rutas, suelen ser por pueblos de Zamora haciendo las distancias mencionadas hace unas líneas.
Respecto a los horarios, dependen un poco del kilometraje de la ruta. Para hacer la de Salamanca decidieron salir a las 8:30 de la mañana, pero el horario de salida suele ser a éso de las 10:00 de la mañana de la rotonda o del párking de la Ciudad Deportiva de Zamora.
Os animo a que participéis, y esta vez sí, ¡con ruedas finas!